La Alhambra, embrujo de Granada
Dale limosna mujer,
que no hay en la vida nada
como la pena de ser
ciego en Granada
(Francisco de Asís de Icaza, 1898)
La Alhambra, con más de 2,3 millones de visitantes al año, es el monumento de España más visitado. Gente de todo el mundo pasa por este recinto nazarí con más de seis siglos de historia, cuya principal identidad es la convivencia de culturas. Ostentar el honor de ser el que más turistas recibe debía ser condición suficiente para tener resueltos todos, o casi todos, los problemas de accesibilidad que conlleva un monumento que data del siglo XIV.
Como no es así, nosotros desde aquí, con la colaboración del Patronato de La Alhambra, os relatamos cómo podéis disfrutar desde una silla de ruedas de este embrujo. Es importante tener en cuenta que en algunos lugares donde decimos que no es accesible porque hay escalones, quizás no se debería desestimar la posibilidad de bajarlos o subirlos con ayuda, ya que, por suerte, suelen ser pequeños y la belleza de este monumento bien lo merece.
Cómo llegar
El acceso se puede hacer en vehículo propio hasta el aparcamiento P-1 (de pago). Se recomienda subir en taxi o en bus desde el centro de la ciudad, ya que pueden llegar hasta las inmediaciones del Palacio de Carlos V, donde rodearemos para bajar un pequeño tramo empedrado y ya hemos llegado al recinto principal de La Alhambra.
Justo enfrente de la bajada de esta rampa empedrada junto a la Puerta del Vino hay un módulo de aseos, con dos adaptados, para los que hay que pedir a la conserje de la entrada que nos abra.
El palacio de Carlos V
El majestuoso palacio de Carlos V tiene una pequeña rampa para acceder a la planta baja, donde podremos visitar el museo. En su interior alberga un ascensor que da acceso al patio central y al resto del museo en la planta superior. En la actualidad, el Palacio de Carlos V es sede del Museo de Bellas Artes de Granada y también, desde 1994, del Museo de la Alhambra. También se puede acceder a esa planta superior a través de un moderno ascensor acristalado.
Enfrente de la puerta de este palacio vemos un símbolo que nos indica el recorrido accesible desde donde hay una buena vista de las torres Gemelas, es lo más cerca que podemos estar si vamos en silla, por lo que merece la pena detenerse y hacer alguna foto. Desde ahí se accede a La Alcazaba y a la Torre de la Vela. Tras esta parte, hay que bajar una zona con escalones para llegar a los palacios nazaríes.
La primera parte de la bajada tiene rampas con finales muy inclinados que salvan de uno en uno los escalones. La segunda parte se hace a través de un elevador manejado por los vigilantes a una velocidad que nos permitirá recrearnos en el monumento (tarda más de tres minutos). Cuidado al bajar del elevador, porque tiene una rampita metálica cortísima y excesivamente empinada, lo mejor es subir de espaldas, para facilitar la salida.
Los palacios nazaríes
Nos encontramos, por fin, ante la parte del monumento más deseada: los palacios nazaríes. Nuestro recorrido es por los patios. El acceso es a través de varias rampas, en las que es posible que se necesite ayuda, al patio de los Arrayanes. Es uno de los pocos sitios que podemos recorrer con total facilidad, por lo que os recomendamos que os recreéis en su belleza. Tras dar vueltas por este patio, observamos que para acceder a la torre de Comares hay pequeños escalones sin rampa lo que nos evita el acceso por nuestros propios medios.
En el lado opuesto, está la Cámara de los Secretos, donde los dos escalones están recortados con una especie de rampa que no se os ocurra intentar subir solos. Con ayuda, se debe bajar de espaldas. En esta sala hay contenido multimedia que explica las etapas de reconstrucción del patio de Los Leones, una de las zonas más emblemática de la Alhambra por el que accederemos por un escalón sin rampa.
Desde el interior de la torre de Comares, hay unas vistas impresionantes del barrio del Albayzín y de las cuevas del Sacromonte. Al otro lado se levantan imponentes iglesias, como la de San Nicolás, cuyo mirador es el más visitado para contemplar este palacio. También se puede ver la muralla que rodeaba la ciudad y la pequeña iglesia de san Miguel alto, coronando una de las colinas.
Patio de los leones
Por este acceso llegamos al Patio de Los Leones, y nos encontramos con pequeños escalones sin rampa, por lo que lo veremos el bosque de columnas de mármol que rodean la fuente, desde la sala de los Mocárabes. Una vez vista esta parte hay que retroceder por el mismo camino andado y salir de nuevo hasta el Palacio de Carlos V.
Si la entrada incluye el Generalife, subimos una calle con pendiente y dejamos a un lado la iglesia de Santa María, el baño de la mezquita y el convento de San Francisco, actual Parador, donde os recomendamos que entréis a tomar un café.
Continuamos la visita pasando por la antigua medina junto a la muralla y sus diversas torres. Para acceder a los jardines atravesamos el puente sobre la cuesta de los Chinos o del Rey Chico. Una vez aquí podemos hacer una visita a los jardines del Generalife, entrando por la parte inferior y, al pasar el Auditorio, subir una rampa hasta los mismos.
El Generalife
Desde el auditorio, volvemos sobre nuestros pasos y nos dirigimos hacia el Generalife. Accedemos según nos indica el plano, es decir, por el recorrido inverso a la visita, un camino de tierra y luego de chinarro típico de las calles del Albayzín. Podemos llegar hasta la puerta de salida del Patio de la Acequia, que se puede ver desde su zaguán.
Nuevamente volvemos sobre nuestros pasos y encontramos la salida que da a la zona del pabellón de acceso. Una vez fuera hay un servicio adaptado a la derecha. La llave hay que pedírsela al empleado que está en la puerta de entrada al recinto. Finalizada la visita, volvemos al aparcamiento (si fuimos en nuestro coche) o nos dirigimos a coger un transporte público para bajar a la ciudad.
Aquí tenéis el plano del posible recorrido editado por el Patronato de La Alhambra.
¡Que disfrutéis de la visita!