El conocido castillo de Fonseca, arzobispo que tuvo cuatro hijos
Topas (Salamanca)
Idílico castillo que se encuentra en el término municipal de Topas, en Salamanca. Es una fortaleza que data de 1227, en tiempos del rey Alfonso IX. Su nombre originario es castillo de Fonseca, pero la sabiduría popular lo denominó a partir de 1477 "castillo del buen amor", cuando la obra pasó a ser propiedad del obispo de Cuenca, Alonso de Fonseca y lo transformó en palacio para residir con su amante Teresa de las Cuevas, con quien tuvo cuatro hijos.
Como en el siglo XIII no tenían ni idea de lo que era hacer edificios accesibles, cuenta con bastantes barreras para personas con movilidad reducida. Pero no todo está perdido porque la propiedad actual, sensible a las necesidades del colectivo, facilita un poco las cosas. Delante del castillo hay bastante zona de aparcamiento y para entrar no tenemos nada más que pasar el puente sin ningún tipo de barrera.
Nuestra puerta de acceso está situada en el lado derecho de la fortaleza, que da directamente al patio central. En una de las habitaciones que hay en el patio central, que es de las pocas a las que se accede por pasadizos o escaleras, se coloca una rampa para personas con movilidad reducida.
El comedor está en los sótanos, en las antiguas mazmorras del castillo, por lo que es totalmente inaccesible para silla de ruedas. Por este motivo los camareros, para las personas que tengan dificultad para bajar, preparan las mesas tanto para el desayuno como para la comida o la cena, en las mesas que hay en el patio central.
En verano, en especial en las noches de luna, resulta un sitio espectacular donde cenar.
El patio central, al que accederemos por un lateral y uno de los sitios más emblemáticos del castillo, es la "base" para las personas con movilidad reducida. La habitación donde se coloca la rampa es alargada y amplia. Tiene dos camas unidas, una zona de estar con sofá, sillones y mesa, una parte de escritorio y un baño con ducha relativamente cómodo.
Si viajáis con niños no os preocupéis, porque los pequeños podrán recorrer todos los rincones del castillo, subir o bajar escaleras secretas, sentirse héroes en las almenas, visitar salones, esconderse de los fantasmas en los numerosos rincones, "agarrarse" a caballeros medievales y, por qué no, aprender algo de historia.
Los alrededores del castillo son una zona para paseos, ideal para el que busca la soledad o la meditación. Los caminos discurren entre chopos, olmos y encinas. En la época estival, como hace mucho calor, no es recomendable pasear a las horas de sol. El que prefiera hacer turismo, tiene cerca las monumentales ciudades de Salamanca (a poco más de 20 kilómetros) y Zamora (45 km).
Además cuenta con una piscina para paliar el calor veraniego.
El precio por dormir, comer o cenar en este castillo no es económico, pero si sabemos brujulear por Internet encontramos ofertas muy interesantes que reducen el precio incluso hasta el 50 %.
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