Una pica en Bélgica
Bélgica es un país de pequeñas dimensiones, pero de gran importancia, ya que Bruselas, su capital, es la capital de la Unión Europea. A él nos unen familias de reyes, desde Carlos V a Fabiola, y quedó para la historia como el lugar donde poner una pica. Visitar este territorio es otra delicia, pues se trata de un lugar con accesiblidad aceptable, con dos culturas y dos idiomas diferenciados: la parte cercana a Francia, con el francés por lengua, y la flamenca, la atlántica, con su propia idiosincrasia.
Desde distintas ciudades (Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Murcia, Palma, Sevilla, Valencia, Santiago, Oviedo, Alicante, Ibiza, Las Palmas, Menorca, Zaragoza...) diferentes compañías aéreas, incluidas varias "low cost", vuelan al principal aeropuerto belga, Zaventem, a 15 km de Bruselas, por lo que es fácil encontrar ofertas para viajar a este país. Una vez que se desciende del avión, en la misma estación del tren del aeropuerto belga ubicada un piso por debajo de la terminal aérea, salen los trenes accesibles cada diez minutos hasta las tres estaciones de Bruselas: Brussels Nord, Brussels Midi y Brussels Sud. La Gare du Midi, es la Estación Central ubicada en pleno centro de la ciudad.
Cada dos años, Bruselas celebra en agosto la fiesta de la alfombra de flores
La primera visita obligada es la Grand Place, uno de los lugares de Bruselas que ningún visitante quiere perderse. A veces suele estar llena de flores, por lo que el espectáculo es impresionante. Situarse en el centro provoca un gran dilema: ¿a qué parte mirar? Todos los flancos merecen una contemplación detenida. Las tres primeras instalaciones se construyeron en el s XIII, dedicadas al pan, las telas y la carne. La actividad comercial se propagó como la espuma por las calles adyacentes, que se denominan calle de los carniceros, calle del mercado...
En el s. XV se contruyó el Ayuntamiento de Bruselas, denominado Hotel de Ville, con su torre de casi cien metros y la estatua de San Miguel en lo alto. En "VisitBrussels", en el Hotel de Ville, facilitan información de los lugares a visitar y de su accesibilidad. También en esta plaza está La Casa del Rey (Maison du Roi), que hoy acoge el museo de la ciudad, al que se puede acceder con asistencia. Otros sitios a visitar en este mismo lugar son la casa de los duques de Brabante, Le Pigeon (casa donde se hospedó Victor Hugo) o Le Roy d’Espagne, la famosa taberna que recuerda la soberanía española de este territorio allá por el siglo XVII.
En Bruselas hay coches adaptados de alquiler. La capital, Bruselas, así como los principales centros turísticos, son bastante llanos, lo que es una ventaja al ir en silla de ruedas. Eso sí, siempre hay que intentar ir por las aceras, ya que la mayor parte de las ciudades tienen el firme de adoquines.
La catedral presenta, como casi todas, una espléndida escalinata por la fachada principal, si bien por el lateral es accesible. En caso de no estar abierta, hay que avisar para que lo hagan. Como todas la catedrales góticas, muestra un interior impresionante, aunque deslucido por los continuos saqueos iconoclastas por parte de los protestantes.
Antes colegiata y en 1961 catedral, hay que entrar y pedir que abran la puerta accesible
Cerca de la Estación Central, está la Place Royale, una elegante plaza de estilo neoclásico en la que hay edificios emblemáticos como el Palacio Real, que ya dejó de ser residencia real para tomar otros fines, y se puede visitar, pues cuenta con una accesibilidad bien lograda, si bien no está abierto durante todo el año; o el Parlamento belga y el Palacio de Justicia.
Esta plaza se construyó entre 1.774 y 1.780 en forma de rectángulo cerrado por los pórticos unidos de ocho palacios. Destaca el palacio de Carlos de Lorena que alberga el Museo del Arte moderno, totalmente accesible y con aseos adaptados.
Una visita obligada es al Manneken Pis, el niño haciendo pis en una fuente.
Pasear por sus barrios siempre es un descubrimiento. Uno de los recomendables es el de los anticuarios, que siempre sorprende, además de encontrar monumentos como la iglesia de Nuestra Señora de Savlon. Además, otros monumentos que ver son el palacio de Justicia, la basílica del Sagrado Corazón (del siglo pasado, pero con la particularidad de ser la quinta iglesia del mundo por dimensiones), el palacio del Cincuentenario, el Teatro Real de la Moneda sede de La Ópera (una de las más grandes de Europa).
El Atomium, de acero y aluminio fue realizado para la Exposición Universal de 1958. Sus nueve esferas representan los átomos de un cristal de metal aumentados 165 billones de veces. Construido como algo temporal, se ha convertido en uno de los principales símbolos de Bélgica.
El parque Laeken alberga pabellones de la Expo58.
Como está a unos 8 km del centro, lo mejor es ir en autobús. En su interior hay un ascensor hasta la esfera superior, donde hay un restaurante y un mirador con vistas espectaculares. Junto al Atomium están los parques Laeken y Mini Europe, éste con miniaturas de numerosos monumentos europeos.
Brujas.
Desde la ciudad, y bien comunicada, podemos hacer una excursión a Brujas, capital de Flandes Occidental, y "poner una pica en Flandes", como reza el dicho. Brujas está a 90 km de Bruselas. La mejor forma de ir es en tren. Desde las estaciones Gare du Midi y Gare du Nord salen trenes cada hora, el trayecto dura 50 minutos desde Gare du Midi. Brujas es la ciudad más visitada de Bélgica y merece la pena, pues se trata de una de las ciudades medievales mejor conservada. Brujas significa puentes, atracaderos; es un nombre relaccionado con los ríos y sus puentes. En 2000 el centro de la ciudad de Brujas fue proclamado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En el año 2002 Brujas se hermanó con Salamanca y en 2007, con Burgos.
Del tiempo disponible y sobre todo de las ganas de detenerse en cada rincón, dependerá la duración de la excursión a esta ciudad medieval.
Está llena de monumentos, plazas, calles, rincones, canales… entre los que no hay que perderse: la Catedral de San Salvador, la Basílica de la Santa Sangre o la plaza Burg, un enclave histórico que evoca la Brujas medieval. Las impresionantes estructuras que hay en esta plaza albergaron en tiempos la administración de la ciudad, del Estado, la Iglesia y autoridades judiciales.
El ayuntamiento, construido entre 1376 y 1420, es el más antiguo de Bélgica.
Gante
A mitad de camino también es visita obligada, aunque no tan monumental como Brujas, Gante, origen de nuestro emperador Carlos V, capital de la región de Flandes Oriental. Situada en la unión de los ríos Leie y Escalda, se llega en media hora en el mismo tren de Brujas.
Se la conoce como la ciudad de las tres torres: la Catedral de San Bavón, la Iglesia de San Nicolas situada al lado de la Catedral, y la Torre del Campanario (Belfort), que con sus 95 metros está a 300 metros de la catedral de Bavón. Otros lugares interesantes para visitar en Gante son el castillo de los condes (Gravensteen) o la abadía de San Pedro, cuya visita se hace en compañía de un monje "digital".
En la era de internet y donde el mundo se ha interconexionado tanto que ya no existen lugares alejados ni comunicaciones imposibles, una buena idea para alojarnos en Bélgica puede ser optar por el intercambio de casas, que funciona desde hace décadas con mucho éxito en Estados Unidos, Canadá y numerosos países europeos. Por la red podemos encontrar muchos, con diferentes formas de funcionar. El intercambio se inició bajo la premisa de "tú vienes de vacaciones a mi casa y yo voy a la tuya", lo que obligaba a coincidir a unos y otros en la fecha de sus viajes. Ahora los sistemas y las fórmulas son mucho más prácticos, y no es necesario esta coincidencia para disfrutar de un alojamiento gratis en cualquier parte del mundo. Aunque como decimos hay muchos grupos funcionando, en no todos es fiable la accesibilidad de las viviendas que se "comparten" . Uno muy recomendable que funciona a modo de red social es GuestToGuest, donde hay un grupo de intercambio específico de viviendas de personas usuarias de silla de ruedas en el que puedes ver las casas, lo que da la garantía de la accesibilidad.
