Monasterio de santo Domingo de Silos
(Burgos)
De entre los muchos monasterios, este de santo Domingo de Silos, pasa por ser cuna del español y una de las joyas del románico mejor conservadas. Los monjes se han preocupado por mantenerlo así durante más de mil años y en la actualidad está en perfectas condiciones para recibir visitantes de todo el mundo. Además, se han adaptado a los tiempos y han dedicado esfuerzos para mejorar mucho de la accesibilidad. no hay problema para entrar con la silla de ruedas y se realiza el mismo recorrido que cualquier otro visitante, lo que es de agradecer.
Lo mejor es dejar el coche en la parte de abajo, una vez pasado el antiguo lavadero y el arco de la puerta de entrada sobre el río Matavieja. Desde aquí se sube un poco hasta la puerta ubicada junto a la iglesia, donde el escalón original está salvado por una pequeña rampa. La entrada general cuesta 3,5€ pero las personas con discapacidad cuentan con la ventaja de entrada gratuita.
Una vez formado el grupo, nuestro guía nos introducirá allá por el siglo XI cuando se comenzó la construcción de la galería inferior. Como la mayor parte de los monasterios que se visita, la parte que está abierta al público en sus visitas guiadas es la inferior.
Para los amantes del arte, es un claustro románico, con sus columnas y capiteles al estilo del momento, al igual que el artesonado. El patio central,
ajardinado y con su fuente en el centro, se ve completado por el famoso ciprés al que Gerardo Diego dedicó aquel famoso soneto.
Tras ver el claustro con el mencionado ciprés de más de 150 años, la visita sigue por la antigua botica (a la que se accede por una rampa que instalaron hace unos años) y en la que los monjes fabricaban los remedios y curaban a los enfermos.
De nuevo hay una explicación por parte del guía que nos hace entender la importancia de los monasterios en la salud de aquellos plebeyos que no disfrutaban los privilegios de la sanidad pública. Después y ya sin guía, por otra rampa llegamos al museo de joyas y antiguas reliquias, donde cada uno puede dedicar el tiempo que necesite en su contemplación.
El monasterio tiene otros atractivos, además de la visita. Por un lado, hay hospedería, un lugar donde pasar entre 3 y 8 días dedicados a la meditación como los monjes benedictinos o simplemente a disfrutar de la tranquilidad de nuestra celda y degustar las comidas del monasterio. Y por otro, el canto gregoriano, cuyas grabaciones se pueden adquirir en su tienda on-line.