Por el lago de Guillermo Tell
Lucerna (Suiza)
Un paseo por el "lago de los cuatro cantones" (actualmente cinco) nos permite conocer la ciudad de Lucerna, su puente de madera o la leyenda del león, con escultura incluida. Y desde allí, a través de su lago, adentrarnos en el mito de Guillermo Tell en un minicrucero que nos llevará al otro extremo del lago, entre espectaculares paisajes alpinos que se reflejan en sus aguas cristalinas. Excursiones a montañas singulares o teleféricos que llevan a estaciones de esquí, además de sus tiendas y poblaciones con el encanto de lo bien cuidado.
Cómo llegar
Desde Zurich sale un tren totalmente accesible para personas con movilidad reducida y en 45 minutos llega a una moderna estación en Lucerna (obra del arquitecto español Santiago Calatrava). Nada más salir nos encontramos con un arco como recuerdo del antiguo acceso a la estación. Y a muy pocos metros está el monumento más emblemático de la ciudad: el puente de madera cubierto y decorado interiormente con pinturas, considerado el más antiguo de Europa. Con sus más de 200 metros de largo es una reconstrucción del original, que se quemó en un incendio (se pueden ver restos de ese incendio). Para acceder a él hay escaleras, pero también tiene una plataforma elevadora. Junto a él, y como baluarte defensivo, se sitúa una torre octogonal del siglo XIV (de unos 30 metros de altura) que servía para defender el acceso al lago. También sirvió de prisión y otros usos en diferentes momentos de la historia.
Hay varios puentes que dan vista a este de madera. Uno es peatonal, que también tiene escaleras y no dispone de ningún artilugio para acceder a él. El otro es el del tráfico rodado, con amplia acera que permite buenas vistas y que nos lleva al otro lado del río, donde está gran parte de la ciudad vieja. Desde este puente, mirando por encima del de madera y allá, suspendido en las alturas, se aprecia una construcción muy llamativa. Da la impresión de ser un castillo palacio, aunque en realidad se trata de un hotel. Tiene su historia, que comienza en el siglo XIX, con una torre, a la que se le unieron otras edificaciones, e incluso llegó a decirse que lo quiso comprar Michael Jackson. Lo cierto es que no pasa desapercibido por los turistas.
Por este lado del río se encuentran las plazas más bellas, entre otras, la del ayuntamiento, con su torre cuadrada y sus relojes de colores.
Pasear por toda esta zona, peatonal y cerrada al tráfico rodado, hace que encontremos diferentes plazas, casas con fachadas decoradas con frescos, fuentes, más puentes... Siguiendo la calle Hertensteinstrasse encontramos indicaciones para llegar al monumento del león, otro de los símbolos de la ciudad, que se encuentra en un pequeño bosque, rodeado de árboles, y representa el homenaje a la guardia suiza que murió tras el asalto al palacio real, durante la revolución francesa.
Minicrucero por el lago
Justo enfrente de la estación del tren está el embarcadero desde el que comenzar un recorrido por el lago. Hay dos posibilidades: un recorrido completo de varias horas y que llega al otro extremo del lago y uno más corto, hasta la mitad del mismo.
Como otros lagos suizos, tiene gran cantidad de pequeños pueblos, viviendas de lujo y construcciones de recreo a lo largo de todo el litoral. Incluso algún pequeño cementerio.
El barco que hace el recorrido es totalmente accesible para usurarios de silla de ruedas, disponiendo los más modernos de aseo adaptado en su interior. Además, ofrece servicio de comedor o cafetería, para tomar algo durante el trayecto. Tiene varias paradas y se puede bajar y subir en estos lugares para dar un paseo. En uno de estos lugares hay un teleférico que lleva a las cumbres nevadas.
Al regreso de la excursión por el lago, ya entrada la noche, se puede apreciar una magnífica vista de Lucerna iluminada para las fiestas navideñas.
